Tenório Jr. salió del hotel Normandie, en el 320 de la calle Rodríguez Peña, donde se alojaba. Dijo que iba a comprar cigarrillos y un medicamento. Eran las tres de la madrugada del 18 de marzo de 1976 en Buenos Aires. No volvieron a verle. Aquella misma noche había tocado en el Gran Rex acompañando a Vinicius de Moraes y Toquinho. El poeta y ex diplomático movió cielo y tierra para encontrar a su pianista: telefoneó a hospitales, comisarias y depósitos de cadáveres, movilizó a todos sus conocidos, y acudió a la Embajada de Brasil –sin saber de la siniestra Operación Cóndor, un acuerdo secreto entre dictaduras del Cono Sur, y que los militares de su país conocian la suerte del portador del pasaporte brasileño n° 197803-. Vinicius logró que se presentara un recurso de habeas corpus, pero el 24 se produjo el golpe de estado, y unos días después embarcó rumbo a Brasil: nunca más regresó a Argentina.
Pelo largo, barba, gafas, Tenório Jr. tuvo la desgracia de caminar aquella madrugada de marzo hasta la esquina de Rodríguez Peña con Corrientes. Confundido con un militante de izquierdas, fue secuestrado, torturado en la ESMA (Escuela Superior de Mecánica de la Armada) y rematado de un disparo en la cabeza –aunque ya tenían clara su equivocación, no podían liberarlo en aquel estado-. Tenía 34 años.
Francisco Tenório Cerqueira Júnior había nacido en Río de Janero y era uno de los pianistas más prometedores del llamado samba-jazz. Ruy Castro, autor del libro de referencia sobre la bossa nova, cree que la historia de la música brasileña podría haber sido otra de no haber desaparecido en Buenos Aires. Solía tocar en el Beco das Garrafas, en Copacabana, cuna de la mejor música instrumental, y formó parte de Os Cobras, grupo de instrumentistas de primera. En 1964 publicó Embalo su único LP: acompañando a Tenório Jr., el baterista Milton Banana, el percusionista Rubens Bassini, el saxofonista Paulo Moura o el trombonista Raul de Souza. Participó en discos como É samba novo, del baterista Edison Machado, o Vagamente, de la cantante Wanda Sá. Y también en grabaciones de Milton Nascimento, Gal Costa, Egberto Gismonti, Edu Lobo, Joyce… En la dedicatoria de su disco de 1979 Essa mulher, Elis Regina escribió “a la ausencia de Tenório Jr”.
Murió entre el 25 y el 27 de marzo de 1976. Su mujer, con cuatro hijos y grávida de un quinto, esperó durante años que sonara el timbre de su casa y él se presentara en la puerta. Carmen pasó muchas penurias: legalmente nunca fue considerada viuda y aún hoy ignora dónde enterraron a su marido. Hasta 1997 el estado argentino no reconoció su responsabilidad y, solo en 2006, un juez brasileño dictó una sentencia favorable a indemnizar a la familia. En 2011 se colocó una placa en su memoria en la fachada del Normandie. Fernando Trueba tiene guardadas entrevistas a más de cien personas para un necesario documental sobre el pianista que fue víctima de la barbarie hace cuarenta años.
Publicado en El País, 30/3/2016